* Intente conocer su ego y determinar cuando su
ego influye y domina su vida. Pregúntese: ¿Estoy escuchando a mi falso yo o a
mi yo espiritual?.
A medida que vaya adquiriendo conciencia de su
ego, podrá librarse del egocentrismo y entrar en la conciencia superior.
* Comience a llevar la cuenta de con cuánta
frecuencia usa el pronombre "yo". Al no centrarse en su propia
persona estará superando el ego.
* Comience a considerar su ego como una entidad
que le acompaña y que tiene un propósito. Es invisible y siempre está a su
lado.
Trata de convencerlo de que usted está separado
de Dios, de su superioridad respecto de otros, y de que es
"especial". El quiere que usted se sienta ultrajado cuando recibe un
trato incorrecto, cuando lo insultan, cuando no lo acarician; ofendido cuando
no sale con la tuya, herido cuando pierde en una competición. Primero conoce a
esta entidad. Luego se percata de que está obrando en usted. Por último, se
libre de ella.
* Escuche a los demás y no se centre en sí
mismo. Durante las conversaciones, concéntrese en lo que la otra persona está
diciendo y en lo que siente. Luego responda con una frase que empiece por
"tú, usted". Esto se denomina escucha activa. Es una manera de
contener el ego y permitir que participe el yo espiritual.
* Resista el hábito de permitir que el ego
domine su vida.
Cuanto más se resista a permitir que su ego sea
quien controle su vida, más pronto llenará el espacio que antes ocupaban las
exigencias de su falso yo.
* Practique la meditación diaria o el acallar su
mente para deshacer la ilusión de que está separado del universo y que todas
las almas son extensiones de la energía de Dios. Comenzará a tratar a los demás
como le agradaría que lo tratasen a usted. Se sentirá conectado con todo y con
todos.
* Trate de borrar de su mente la palabra
"especial". Especial implica mejor que, o más importante que. Niega
que Dios habita en cada uno de nosotros. Todos somos especiales a los ojos de
Dios: por lo tanto, nadie necesita la etiqueta de "especial". No hay
favoritos. No se relega a nadie.
Todos somos Uno.
* Escriba un diario. Trate de describir en que
le beneficia sentirse ofendido. Lo que lo ofende es obra de su ego. No pretenda
que el mundo debería ser como usted es y no como en realidad es.
* Dé más de sí mismo y pida menos a cambio. León
Tolstoy, pasó de ser un egocéntrico a ser un servidor de Dios, luego de
aprender muchas lecciones y pasar por tribulaciones. Y escribió lo siguiente:
"El único significado de la vía es servir a la humanidad". Sea quien
acaricie. Sea quien da cariño.
* Recuérdese cada día que el más alto culto que
puede rendísele a Dios es servir a la humanidad, y que mediante ese acto su yo
espiritual se sentirá realizado.
* Ponga fin a la búsqueda externa de la libertad
y conozca el sabor de la auténtica libertad que es la comunión con su yo
espiritual.
La auténtica libertad no necesita nada para
demostrar su existencia. Sólo siendo auténticamente libre podrá amar, porque no
existe amor sin libertad. La falsa libertad exige que tenga a la mano algo que
dé fe de su existencia.
Autor desconocido
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Publicado por ♥ ALEJANDRA ♥ en abril 21, del 2012