¿ Notas el impacto que te produce encontrarte
con determinadas personas ya sea positivo o negativo? Wayne Dyer nos cuenta en
su libro El Poder de la Intención cómo impacta tu energía en los demás en
función de si estás o no conectado al Universo. Aquí podéis leer un interesante
extracto de la obra.
Cuando te sientes conectado y en armonía con la intención notas una gran diferencia ante la forma que reaccionan las personas hacia ti. Sé consciente de esas reacciones, porque afectarán directamente a tu capacidad para llevar a cabo tus propósitos individuales.
Cuanto más estrecha y automática sea tu sintonía
con las frecuencias de la Fuente universal y omnicreadora, más impacto tendrás
en los demás y más contribuirás a anular su baja energía. Serás un polo de
atracción para ellos, y traerán paz, alegría, amor, belleza y abundancia a tu
vida.
A continuación voy exponer mi opinión sobre tu
impacto en los demás cuando estás sintonizado con la intención y la diferencia
de ese impacto cuando estás dominado por la actitud separatista de tu ego. He
aquí algunas de las formas más significativas para tener impacto en los demás:
Tu presencia transmite calma.
Cuando coincides con la intención, ejerces una
influencia tranquilizadora sobre los demás. La gente suele sentirse más
tranquila, menos amenazada y más a gusto. La fuerza de la intención es la
fuerza del amor y de la receptividad. No pide nada a nadie, no juzga a nadie y
alienta a los demás a ser libres, a ser ellos mismos.
Como las personas se sienten más tranquilas en
tu presencia, también se sienten seguras, en virtud de las frecuencias
energéticas que irradias. Sus sensaciones se alimentan con tu energía de amor y
receptividad, y desean acercarse a ti, estar contigo.
Si por el contrario llevas a tus interacciones
las calibraciones más bajas, la crítica, la hostilidad, la ira, el odio o la
depresión, atraes ese nivel de energía si está latente en las personas con las
que interactúas, lo que funciona como fuerza contraria a esas mismas energías
si están presentes en otras personas.
El impacto intensifica las energías más bajas en
ese nivel y crea un campo en el que se sitúan ciertas exigencias como
consecuencia de los sentimientos de inferioridad o de rivalidad. Las personas
que se sienten energizadas por tu presencia se transforman en almas gemelas, y
eso únicamente ocurre si se sienten a salvo en lugar de atacadas, seguras y no
juzgadas, tranquilas y no acosadas.
Tu presencia da energía a los demás.
Cuando llevas las frecuencias de la intención
ante la presencia de los demás, sentirán mayor energía por el simple hecho de
encontrarse en tu círculo. No tienes que decir ni una sola palabra, ni actuar
de ninguna forma prescrita. Únicamente con tu energía de la intención lograrás
que los que están en tu campo se sientan con un poder que se les ha concedido
de una forma misteriosa.
Tu presencia permite a los demás sentirse mejor
con ellos mismos.
¿Has notado alguna vez que en presencia de
ciertas personas te sientes mejor contigo mismo? Su energía compasiva surte un
efecto perceptiblemente agradable, sencillamente el de sentirte bien contigo
mismo. Los que te rodean notarán que los comprendes, que te preocupas y te
interesas por ellos como individuos.
Por el contrario, estar en compañía de alguien
que se muestra desdeñosa o indiferente te influye de una forma completamente
distinta. Si esa es la baja energía que transmites a los demás, es bastante
probable que después del encuentro contigo no se sientan precisamente bien con
ellos mismos, a menos que estén tan fuertemente conectados a la intención que
puedan anular el efecto de la baja energía.
Tu presencia permite a los demás sentirse
unidos.
El efecto de estar en presencia de personas que
expresan altas frecuencias consiste en sentirse unidos y conectados con toda la
naturaleza» la humanidad y la intención. A medida que elevas tus frecuencias,
el efecto que tienes sobre los demás los invita a estar en el mismo equipo. Os
sentís unidos y deseáis ayudaros mutuamente para cumplir un objetivo común.
Ei sentimiento contrario al de la unidad
consiste en sentirse polarizado y aislado. La baja energía exige mucho y
siempre va en contra de los demás. Por consiguiente, es inevitable que derive
en una situación de victoria o derrota.
Las energías del antagonismo, la censura, el
odio y similares crean una fuerza contraria en la que alguien tiene que perder.
Cuando tienes un enemigo, necesitas establecer un sistema de defensa, y la
defensa llega a ser lo que caracteriza tu relación. La necesidad de una persona
de llevar la contra y polarizar pone en movimiento las condiciones de la
guerra. La guerra siempre es cara.
Tu presencia transmite la sensación de un
propósito.
Cuando te encuentras en las energías
espirituales más altas, proporcionas a los demás algo casi inexplicable. Tu
presencia y tu conducta en un espacio de amor, aceptación, generosidad, sin
crítica, se convierte en catalizador para que los demás sientan que tienen un
propósito en la vida.
Al mantenerte en las energías más altas del
optimismo, el perdón, la comprensión, la veneración por el Espíritu, la
creatividad, la serenidad y la dicha, irradias esa energía y llevas las
energías más bajas a tus vibraciones superiores.
Esas personas, a quienes no influyes a
propósito, empiezan a notar tu veneración y tu serenidad. Cumples tu propio
objetivo, que gira en torno al servicio a los demás y por consiguiente a Dios;
y por añadidura, ganas aliados.
Tu presencia permite a los demás confiar en las
auténticas conexiones personales.
Al transmitir los rasgos de la intención a los
demás, permites la presencia de la confianza. Observarás la tendencia y la
disposición de los demás a confiar en ti y abrirse a ti. Esto guarda relación
con la cualidad de la confianza. En la atmósfera de la energía superior, las
personas confían y desean compartir, contigo su historia personal. Al estar tan
conectado con la intención, eres más como Dios, ¿y en quién confiarías más que
en Dios para compartir tus secretos?
Tu presencia sirve de inspiración a los demás
para alcanzar la grandeza.
Cuando estás conectado con el Espíritu y
reflejas sosegadamente esa consciencia, te conviertes en fuente de inspiración
para los demás. En cierto sentido, es uno de los efectos más potentes que
transmite a los demás el estar conectado con la intención. La palabra
inspiración significa «en el espíritu». El hecho de que estés en el espíritu
significa que más que informar inspiras con tu presencia. No inspiras a los
demás insistiendo o exigiendo para que te presten atención.
Cuando inspiras a los demás con tu presencia,
utilizas la fuerza creadora de la intención en beneficio de todas las personas
con las que tienes contacto, incluido tú mismo. Apoyo con entusiasmo esta forma
de ser, y no me cabe duda de que todos podemos ser una presencia que inspire a
los demás.
Tu presencia alinea a los demás con la belleza.
Cuando estás conectado a la intención, ves
belleza por todas partes porque irradias la cualidad de la belleza. Tu
percepción del mundo cambia drásticamente. En la energía más alta de la
intención ves la belleza en todos, jóvenes y viejos, ricos y pobres, blancos y
negros, sin distinciones. Todo se percibe desde la perspectiva del
reconocimiento, no de la crítica.
Cuando transmites esa sensación de apreciación
de la belleza a los demás, las personas tienden a verse como tú las ves. Se
sienten más atractivas y mejor consigo mismas al propagar la alta energía de la
belleza. Cuando las personas se sienten bellas actúan de una forma bella.
Tu presencia transmite salud en lugar de
enfermedad.
La conexión con tu Fuente te mantiene centrado
en lo que intentas poner de manifiesto en tu vida, evitando dedicar energía a
lo que no deseas. Ese centro interno no te permite lamentarte de tus achaques
ni pensar en la enfermedad, el dolor o los problemas físicos.
Tu energía está siempre centrada en crear amor y
en expandir la perfección de la que surgiste, lo que incluye tu cuerpo y todas
tus creencias sobre tu ser físico. En el fondo sabes que tu cuerpo es un
sistema de milagros. Sientes gran respeto por su prodigiosa capacidad de
autocuración y de funcionar por sí mismo sin tu intervención. Sabes que tu ser
físico está inspirado por una fuerza divina que hace que lata su corazón, que
digiera su comida y que sus uñas crezcan, y que esa misma fuerza es receptiva a
una salud infinitamente abundante.
Cuando llevas ante la presencia de los demás un
reconocimiento sano del milagro que representa tu cuerpo, desactivas sus esfuerzos
por pensar en la enfermedad, la mala salud y el deterioro. Aún más; cuanto más
alta sea la resonancia de tu campo de energía, más podrás influir en los demás
con tu energía curativa. Toma conciencia de tu prodigiosa capacidad para
influir en la curación y la salud de quienes te rodean sencillamente con la
presencia silenciosa de tu conexión de alta energía a la intención. Es una
energía que literalmente emana de ti
http://plandemaestria.blogspot.com
06 de Agosto del 2016