V.B. Anglada - El peligro del conocimiento.

Un conocimiento meramente intelectual del esoterismo sin una sólida base moral o espiritual puede resultar extraordinariamente dañino y destructivo por cuanto el conocimiento implica poder y responsabilidad y sólo la correcta intención puede volver constructivo tal conocimiento. Será beneficioso hacer conocer la existencia aquí, en nuestro planeta, en el momento actual, como los hubo en el pasado y probablemente los habrá en el futuro, en tanto la humanidad gravite hacia las tendencias egoístas de la personalidad, de unos seres humanos, profundamente conocedores de las leyes y principios esotéricos pero que utilizan conscientemente tales conocimientos para fines puramente materiales, personales y egoístas. 

Son hombres que carecen de “principios o intenciones de orden espiritual”, por lo cual su actividad en el mundo es singularmente destructiva y constituye una preocupación constante de la Jerarquía Blanca del planeta que tiene en sus manos el poder de la Intención espiritual que emana de lugares sagrados allende la razón humana.

Cuando el Maestro habla de “intención”, asignándole un valor cualitativo por encima del “conocimiento”, se refiere exactamente a esta verdad esencial; se refiere también claramente a la existencia en nuestro planeta de una Logia organizada de Mal contraria al Plan de Dios y cuyos miembros, más inteligentes la mayoría de las veces que muchos de los aspirantes espirituales, fomentan dentro de la sociedad organizada en donde vivimos las semillas del odio y de la destrucción. Hay que tener en cuenta este factor cuando se analice la vida de un discípulo de la Jerarquía y se hable de las “dificultades kármicas de su existencia”. 

Hay que referirse especialmente al proceso de “sus luchas y tentaciones”, cuya causa radica a veces en aquel Centro generador de Mal, en aquel lado sombrío de la vida ocupado por aquellos que “saben” pero que por falta de Intención no “comprenden”, que luchan contra la sociedad y contra todos sus miembros en alas de un loco afán y de un conocimiento esotérico profundo de la vida, pero frío, calculador y enteramente desprovisto de amor fraternal.

Estas declaraciones se formulan, para que no se extrañen de ver en la composición del Ashrama a personas que por su nacimiento, herencia y condición social carecen de aquellos conocimientos intelectuales que tanto valora la sociedad humana. La intención que guía a cada uno de los componentes del Ashrama es profundamente dinámica y espiritual, y es a través de ella que fue posible un día atraer la atención de la Jerarquía hasta el punto que facilitara ÉSTA al acceso de uno de Sus Ashramas, y deparar la oportunidad de recibir entrenamiento espiritual avanzado dentro del cual la mente intelectual y meramente informativa jamás podría penetrar por sí sola.

La ayuda jerárquica

La ayuda jerárquica a los miembros de un Ashrama, siempre desde el ángulo de la espiritual atención, toma innumerables aspectos al coincidir en cada una de sus existencias personales, de acuerdo al lugar que ocupan en el seno de la sociedad y al (JASH-65) tipo de servicio que cada cual puede desarrollar para bien de la comunidad, o mundo que le rodea. Lo más característico, sin embargo, de la vida de un discípulo afiliado a un Ashrama, es el potente magnetismo de su aura “espiritual-etérica”, alimentada constantemente desde la vida pura del Ashrama por misteriosas radiaciones de fraternal amistad, dedicación y simpatía. Estas tres palabras son indicio de las cualidades características de un discípulo en la Nueva Era y llevan inexorablemente al servicio creador. 

De ahí que si una persona, sea cual sea su condición social y cultural humana, siente latir dentro de sí el poder de la intención espiritual y es capaz de expresarla en estas tres cualidades descritas, ya está de hecho creando dentro de sí y a su inmediato alrededor un iluminado punto de anclaje para las energías de la Jerarquía. 


Vicente Beltran Anglada



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04 de Setiembre 2017